Ayer pude dormir tan agusto y como hacía tanto tiempo no concebía el sueño, acompañado. No fue en horas comunes que el sueño abordó a mi ser, bueno a nuestras personas, después de desafiar a las terribles reptáceas guardianes de la cultura en la ciudad que despierta tanta envidia y anhelos (CU) y después de hablar practicamente desde las entreñas por la sinceridad con que salían las palabras sucedió el sueño, el sueño acompañado.
No puedo mas que agradecer tu compañía.
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